Los movimientos repetidos, la aplicación de fuerzas intensas y las posturas forzadas son tres de las razones que provocan la aparición de trastornos musculoesqueléticos, una de las principales causas de siniestralidad laboral en los trabajos industriales. En España, y con objeto de reducir la incidencia de estos problemas en todos los sectores, el Real Decreto 487/1997 establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la manipulación manual de cargas que entrañe riesgos para los trabajadores.
Esta ley supone el cuerpo básico sobre el que definir las garantías y responsabilidades que protegen la salud de los trabajadores cuando se enfrentan a estos riesgos. Como complemento a este Real Decreto, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo publicó la Guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la manipulación manual de cargas.
En estos y otros documentos relacionados, las autoridades señalan la importancia de limitar las posturas forzadas en el trabajo como una fórmula eficaz para reducir el riesgo de lesiones. Te explicamos cuáles son las más repetidas y las medidas más recomendables para conseguirlo.
Cuáles son las principales posturas forzadas en el trabajo en la industria
Las posturas forzadas pueden provocar accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en la industria, que acarrean un coste considerable para la empresa. Conocer cuáles son las más habituales es el primer paso para tomar las medidas adecuadas, mejorar la ergonomía y, con ella, la salud y seguridad de los trabajadores.
- Desvío no natural del tronco. El manejo de maquinaria o herramientas exige, en ocasiones, la adopción de posturas que implican flexionar el tronco y que ponen en tensión la espalda.
- Flexión de rodillas. El riesgo de lesiones en estas articulaciones se incrementa en los trabajos que demandan levantar o mover constantemente objetos pesados situados en el suelo.
- Cabeza inclinada. Cuando los equipos están mal diseñados o configurados, los trabajadores de la industria pueden verse obligados a adoptar posturas que obligan a movimientos forzados del cuello y el hombro.
- Movimientos simultáneos. Realizar un giro al mismo tiempo que se flexiona el cuerpo incrementa la posibilidad de sufrir lesiones en espalda y articulaciones.
- Posturas estáticas prolongadas. Estar de pie o sentado durante un periodo largo es también una postura forzada que genera problemas circulatorios, dolor de espalda o rigidez muscular.
Elevación constante de los brazos. Hombros y espalda son los principales afectados cuando el profesional realiza tareas que demandan trabajar de forma repetitiva con las extremidades superiores elevadas.