La exposición de los trabajadores a temperaturas extremas afecta a la productividad y puede suponer un riesgo para su salud. En parte de España, las condiciones meteorológicas enfrentan al profesional que trabaja en el exterior a temperaturas bajo cero en los meses de invierno y a un calor extremo en verano. De igual modo, existen labores que se realizan en el interior que también presentan condiciones ambientales complejas. En ambas circunstancias, el trabajador se expone a sufrir estrés térmico laboral.
Las diferentes normativas orientadas a prevenir los riesgos laborales en España recogen entre ellos el estrés térmico laboral. Así lo hace el Real Decreto 486/1997, en el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo. En su caso, profundiza en este concepto en su anexo “Condiciones ambientales en los lugares de trabajo”. Más específicamente, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) elaboró una Guía Técnica para la Evaluación y Prevención de los Riesgos Relativos a la Utilización de los Lugares de Trabajo que, actualizada en 2015, propone un itinerario para reducir los riesgos y mejorar el bienestar de los profesionales que, entre otras situaciones, se exponen a temperaturas extremas.
¿Qué es el estrés térmico laboral?
Entendemos por estrés térmico laboral la sensación de malestar que sufren los trabajadores a causa de los desajustes en la temperatura corporal por pérdida o acumulación excesiva de calor. De acuerdo a esta definición, se puede producir estrés por calor o estrés por frío.
Esta circunstancia se puede dar tanto en trabajos que se desarrollan en el exterior como en el interior. En uno y otro caso, existen factores que aumentan los riesgos de sufrir estrés térmico laboral:
- Edad avanzada. El cuerpo de las personas mayores resulta más vulnerable, tardando más tiempo en aclimatarse a las condiciones extremas.
- Forma física. Una mala forma física disminuye la resistencia a las situaciones extremas e incrementa la predisposición a los trastornos cardiovasculares. En particular, y con altas temperaturas, el sobrepeso aumenta el riesgo de sufrir estrés térmico laboral.
- Antecedentes médicos. Enfermedades como la diabetes, la insuficiencia renal o las dolencias de las vías respiratorias o del sistema cardiovascular influyen en la adaptación a temperaturas extremas, por lo que es conveniente que las personas que las padecen no realicen labores que pueden provocar estrés térmico laboral.
- Medicamentos. Es necesario conocer los efectos de los medicamentos que se administran los trabajadores, ya que algunos de ellos tienen influencia en la termorregulación, reduciendo la distribución del calor corporal.
Partiendo de estos conceptos coincidentes, es necesario apuntar que existen diferencias significativas en el estrés térmico laboral por frío y por calor. El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo ha elaborado sendas Notas Técnicas de Prevención en las que se recogen las consecuencias y las buenas prácticas recomendadas para reducir el riesgo de sufrir estrés por frío –NTP Estrés por frío– y estrés por calor -dividida en dos NTP: Estrés térmico y sobrecarga térmica: evaluación de los riesgos (I) y Estrés térmico y sobrecarga térmica: evaluación de los riesgos (II)-.
¿Cómo prevenir el estrés térmico laboral?
A partir de las recomendaciones, y entendiendo las circunstancias personales de cada trabajador, es posible poner en marcha una serie de medidas preventivas que reduzcan el riesgo de sufrir estrés térmico laboral. Es importante, eso sí, distinguir entre el estrés por frío y por calor, ya que las necesidades en uno y otro caso son diferentes.
Medidas de prevención del estrés térmico laboral por calor
En España son habituales las altas temperaturas en verano, con olas de calor en las que se superan los 40 grados en buena parte del país. Tomar medidas preventivas para los profesionales que trabajan en el exterior en el periodo estival resulta básico para mantener la productividad y reducir los riesgos de sufrir estrés térmico laboral.
Por este motivo, el INSST ha desarrollado una web en la que apunta las principales medidas que se deben implantar para proteger la seguridad y salud de los trabajadores. Prevenciones similares han de tomarse también en los puestos de interior que exijan un contacto directo y continuo con temperaturas altas. Veamos las principales:
- Disponer de un equipamiento con prendas amplias y de tejido ligero y un calzado adecuado y transpirable.
- Proteger la cabeza con sombrero o gorro para evitar que el sol impacte directamente en el trabajador.
- Establecer un periodo de aclimatación a las condiciones calurosas de entre 7 y 15 días.
- Cuando se trabaja en el exterior, hacer una planificación del trabajo que disminuya o evite la exposición durante las horas centrales del día.
- En el trabajo en interior, si es posible, incorporar elementos de climatización en el puesto. Cuando las circunstancias del trabajo lo impidan, establecer espacios climatizados próximos que permitan el descanso con la temperatura adecuada.
- Hidratación constante.
- Aumentar los periodos de descanso.
- Habilitar lugares para establecer descansos en zonas de sombra o, a ser posible, en locales con aire acondicionado.
- Proporcionar ayudas mecánicas cuando se manipulen cargas y limitar las tareas que exijan levantar pesos elevados.
- Favorecer el trabajo en equipo, vigilando que ningún profesional trabaje sin compañeros cerca.
- Renovar con asiduidad la protección solar.
- Formar a los trabajadores sobre buenas prácticas específicas que eviten el estrés térmico laboral en su puesto.
Medidas de prevención del estrés térmico laboral por frío
La exposición laboral a ambientes fríos puede modificar la temperatura corporal del trabajador, generando problemas de salud. Tomar las medidas de prevención adecuadas permite reducir los riesgos que conlleva la exposición al frío en el trabajo, ya sea a la intemperie en los meses más duros del invierno o en espacios interiores con temperaturas muy bajas.
- Contar con ropa específica de protección. Las prendas deben tener aislamiento térmico y protección frente a la humedad. Conocer el equipamiento imprescindible para trabajar en cámaras frigoríficas puede servir de guía para conocer el tipo de ropa adecuada.
- Protección adecuada de las extremidades. Las partes del cuerpo que están en contacto directo con las superficies son clave para evitar el estrés por frío. En este sentido, existe una Nota Técnica específica que se centra en “Ropa y guantes de protección contra el frío”. Asimismo, los pies son una zona del cuerpo especialmente sensible a las bajas temperaturas, por lo que es necesario que el trabajador disponga de calzado profesional que le permita mantenerlos calientes y que, además, cuente con suela antideslizante para reducir el riesgo de resbalones. Estos modelos de botas para trabajar en ambientes fríos responden a estas necesidades.
- Hacer pausas periódicas en zonas habilitadas con calefacción.
- Programación de las actividades en el exterior en función de la previsión meteorológica, evitando las horas de temperaturas más bajas.
- Revisión regular del buen funcionamiento de los dispositivos de alerta cuando se trabaja en el interior.
- Contar con mecanismos que disminuyan la carga manual.
- En los puestos de trabajo en el exterior, disponer de dispositivos de calor radiante.
- Formación continua de los trabajadores sobre las medidas de protección que deben tener en cuenta.
Contar con un calzado adecuado es esencial para reducir el riesgo de que los trabajadores sufran estrés térmico laboral. El catálogo de Shoes For Crews incluye una gran variedad de modelos de calidad aptos para las situaciones ambientales más extremas. Además, nuestra suela patentada antideslizante se adapta a la perfección a entornos laborales complejos. Contacta con nosotros y te ayudaremos a encontrar el calzado más adecuado para tu plantilla.